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Redactar un buen plan de mantenimiento industrial es imprescindible para que tu negocio funcione de una forma correcta, eficiente y segura. Sigue leyendo y te daremos las 4 claves para una buena gestión del mantenimiento.
Tener una empresa del sector industrial no es tarea fácil. La producción industrial es un mecanismo complejo compuesto de muchas partes, humanas y técnicas. Solo la unión de todas ellas puede garantizar un desarrollo satisfactorio. Si una de esas piezas falla, es posible que la producción se interrumpa y que todo el sistema se paraliza. Esto provoca grandes retrasos en proveer a los clientes, desajustes económicos, posibles problemas legales por negligencia, etc.
Una de las maneras de intentar asegurarse de que la cadena de producción no se paraliza es el plan de mantenimiento industrial.
El plan de mantenimiento industrial es la organización de las distintas tareas para llevar a cabo el mantenimiento. Hay varios tipos de mantenimiento distintos y cada uno tiene unas particularidades. Es más apropiado para un tipo de maquinaria, requiere una preparación previa, es necesario contar con unos especialistas u otros…
Para poder llevar a cabo un buen plan de mantenimiento necesitarás conocer al dedillo tu maquinaria, los tiempos de su desgaste y reparaciones, el personal necesario, permisos… Y también cómo coordinar estos tiempos distintos para ser lo más eficiente posible.
Ahora que ya sabes lo que es un plan industrial, vamos a darte las 4 claves para desarrollar uno que se ajuste a ti.
Algunas máquinas necesitan una revisión diaria para asegurar su correcto funcionamiento. Otras precisan de una revisión mensual para vigilar el estado del desgaste y poder planificar una posible reparación. Y hay algunas que no precisan más que una revisión anual. También es posible que algunas maquinarias, si su uso es más irregular, no deban planificarse con una frecuencia fija, sino según el número de horas de funcionamiento.
La periodicidad del mantenimiento puede ser muy variable dependiendo de la máquina, de la frecuencia de uso y del ritmo de desgaste. Es necesario conocer bien tu equipo para poder planificarlas con rigurosidad.
Tener bien clasificada la especialidad de las máquinas y el tipo de mantenimiento industrial que hay que llevar a cabo (mecánico, solar, eléctrico, limpieza técnica, predictivo…) ayuda a no enviar a un especialista a realizar un mantenimiento que no entra dentro de sus habilidades profesionales. También ayuda a poder organizar el trabajo de manera que los técnicos tengan el tiempo suficiente para realizar cada tipo de mantenimiento según el campo de especialidad y a no crear solapamientos en sus planes. Además, algunos tipos de mantenimiento industrial requerirán un permiso especial para poder manipular la maquinaria, el envío de piezas especiales u otro tipo de procedimiento que pueda retrasar el momento de realizar el mantenimiento.
Hay algunos tipos de mantenimiento que son mucho más concienzudos y lentos, y que además requieren instrumental especializado. Otros, en cambio, son bastante rápidos y puede hacerlo personal no especializado con utensilios no especializados. El tipo de mantenimiento industrial va a cambiar qué tipo de técnico necesitamos, el tiempo que va a tardar, etc.
No es lo mismo hacer un mantenimiento de cero horas, que requiere que la máquina quede como si fuera nueva y llevara cero horas de funcionamiento. Que un mantenimiento de uso, en la que solo sería necesario inspeccionarla ocularmente o limpiarla.
Todo lo que hemos visto antes te ayuda a ser consciente de los tiempos que va a necesitar para cada mantenimiento a la hora de programar tu plan de mantenimiento industrial. Pero tienes que tener clara una cosa. Lo más importante del plan de mantenimiento industrial es que te permite organizarte. Tienes que ser sensato. Debes dejar cierto margen de error al tiempo programado. Por si hubiera retrasos con algún envío de recambios, una reparación se complicara y el técnico tardara más tiempo del esperado o necesitaras un permiso que, por un motivo ajeno a ti, va a tardar más tiempo en llegar del habitual.
En cualquier caso, debes dejar un cierto margen para que un imprevisto no te desajuste todo tu plan. Si calculas al milímetro los tiempos del plan de mantenimiento industrial y no te das a ti mismo y a tu personal el tiempo de solventar los obstáculos previstos, causarás una reacción en cadena. El técnico no tendrá tiempo de hacer el mantenimiento de la maquinaria en el momento adecuado. Eso puede llevar a retrasos que acaben ocasionando la avería del equipo (con la posible paralización de la producción, el riesgo de accidente o el desembolso de una reparación más seria y cara o incluso la compra de nuevo material).
También puede tener como consecuencia que el técnico se vea presionado por el tiempo tan ajustado que tiene. Esto también podría llevar a un mantenimiento negligente y a las averías y accidentes. Estos podrían haberse evitado con un plan de mantenimiento industrial más sensato.
Un plan de mantenimiento industrial, al fin y al cabo, es una herramienta para optimizar tu gestión de mantenimiento industrial. Si elaboras uno y ves que no se adhiere a tus necesidades, que el equipo pasa demasiado tiempo sin supervisión o que no das tiempo a los técnicos para que hagan correctamente su trabajo, cámbialo. El plan de mantenimiento industrial está a tu servicio y al de tu negocio. No al revés.
Es posible que te cueste varios intentos encontrar tu plan de mantenimiento industrial ideal.
Sé atento a su desarrollo, trata de identificar errores y de pulirlos progresivamente. Verás cómo poco a poco encuentras los tiempos adecuados. Te habituarás a las máquinas, a su ritmo de desgaste, al tiempo necesario para los distintos tipos de mantenimiento y a una organización sensata y eficiente. Y tendrás una maquinaria segura, eficaz y a punto para que tu negocio vaya como la seda.